30 junio 2012

De todo se aprende... El cariño por mi huerto

A pesar de que tengo voluntad y disfruto de hacer de todo un poco, como  la costura, los pequeños proyectos de hogar, cocinar etc., es el jardín y las plantas lo que me ha acompañado siempre. A ellas no las puedo abandonar nunca, porque si las dejo a un lado parte de mí se muere. Este ha sido y es, sin duda alguna, mi proyecto de vida.

En los 6 años que llevo viviendo en nuestra finca había perdido las esperanzas de poder cultivar un huerto. Hoy me place haberme equivocado, puesto que ha sido una temporada extraordinaria.

Todo comenzó cuando me reuní con mi querida amiga Meche, una amante del cultivo de huertos. Les cuento que Meche llegó cargada con plantulitas y semillitas, todas para que yo sembrara y cuidara y me iniciara como huertera. No quise decirle entonces que ya había tratado sin ningún buen resultado. Que no había planta de tomates que se me diera y ni hablar de las plantas de recao, cilantrillo y pimientos que terminaban quemadas por el sol o podridas por la constante lluvia. Cómo iba a decirle eso luego de verla con tanto entusiasmo entregándome sus pequeñuelos! Ni hablar el cariño que sentí cuando me fue entregando cada una de ellas explicándome qué hacer con cada una.

Durante esos días me dediqué a colocarlas en un lugar donde no recibieran un sol fuerte ni mucha agua de lluvia y a darles el mejor cuidado posible para dejarlas listas para los días por venir. Decidí no sembrar aún las semillas de lechuga y esperar para ese proceso.

En esta ocasión me propuese comprar otra marca de tierra, diferente a la que había comprado por los útlimos meses. Tenía la sospecha y hasta la manía de que esa tierra no era buena para sembrar y que era la responsable de que algunas de mis plantas no prosperaran ni echaran flores. Opté por una tierra especial para sembrar en tiestos y que ya venía fertilizada por lo que no necesitaba abonarlas por tres meses. Entonces me di a la tarea de sembrar cada una de mis plantulitas y esperar los resultados.

Decidí no exponerlas al sol directo, si no mantenerlas en la terraza techada, en el área de una jardinerita que recibía el sol indirecto de las mañanas. Sabía que se suponía ellas recibieran sol directo, pero no quise arriesgarlas a la lluvia que acá en la montaña es casi a diario, terminarían como las otras, inundadas de agua y listas para botar.


Con el pasar de las semanas veía cómo mis plantas crecían hermosas. Casi no lo podía creer! Era una sensación maravillosa verlas crecer fuertes y sobretodo saber que las decisiones que había tomado, aunque no eran las que debieran aplicar a ellas, estaban dando buenos resultados.

Llegó el momento en que tuve que empezar a transplantar los tomates a tiestos más grandes, separar y dividir con cuidado las pequeñas plantitas de lechuga, los espárragos, los brócolis y los pimientos.

Lechugas
 
Espárragos
 
Brócoli
 
Las plantas de fresas estaban hermosas y cuando el día lo permitía sacaba afuera los tomates, los pimientos, ajíes dulces, los brócolis y los espárragos a tomar el sol, a aprovechar su calor. Las fresas estaban más expuestas al sol, y a las lechugas las dejaba en su lugar pues entendía que el sol filtrado les era suficiente. La hoja de la lechuga es frágil y el sol la podía quemar. Tenía además tres retollos de col que me había regalado mi vecina y su esposo y también estaban creciendo bien.

Fresas

Tomates, Pimientos, Berenjena

Mi grupo de yerbas, el perejil italiano, el recao, cilantrillo, tomillo, menta, anís, oréganos, romero, albahaca etc. todos estaban enormes y fuertes. Algunos los tenía en la terraza bajo techo recibiendo el sol indirecto de la mañana. Otros, por falta de espacio, los tenía en el exterior recibiendo el sol de la tarde, pero bajo la sombra de las enormes hojas de un helecho de árbol.
 
Orégano Griego

 
Perejil Italiano
 
En poco tiempo, mi terraza estaba abarrotada de tiestos y plantas. Mis plantas estaban empezando a echar flores y frutos. Los tomates empezaron a brotar de las flores, los pimientos, y el brócoli ya tenía su cabecita asomada. Era hermoso, algo de veras maravilloso, casi que mágico. Lo que más me maravillaba era que mi huerto daba sus frutos con poco sol, y que era uno movible y bajo techo,un éxito.



Una mañana salí a la terraza como todos los días a ver mi huerto y encontré sorprendida que el brócoli tenía flores!!! Jamás hubiese pensado que el brócoli daba flores y fue entonces cuando me di cuenta que lo que comemos del brócoli es un ramillete de capullitos de sus flores!
Brócoli
 
Brócoli en Flor
 
 A la hora de la cosecha
 
La mejor parte de este proceso de cultivar un huerto es cuando podemos comenzar a recojer los frutos. No hay nada que me de más satisfacción que ver los buenos resultados cuando algo se hace con esmero y amor. Ver los frutos y luego saborearlos, utilizarlos en mis recetas, llevarlos a nuestra mesa.

Ya sea que sembremos un huerto en tiestos, en la tierra, o que sembremos frutos menores en nuestro patio, en nuestra finca, lo importante es el amor que le pongamos al hacerlo. La tierra es altamente agradecida, ya sea en ese espacio inmenso que nos provee la Madre Naturaleza como la tierra que podamos colocar en un pequeño tiesto. La energía de la fertilidad, de la vida está presente en ella, no importa el espacio en que la tengas. Los frutos se darán, solo necesitas amarla.

Aquí comparto algunas fotos de nuestros frutos que se cosechan en la tierra, en nuestra finca. Pero recuerda, no se requiere de un espacio grande, ni de un terreno inmenso, se puede tanto en un patio amplio como en uno pequeño, y ya ven, hasta en tiestos!

Tomates Plums
 
Ajís Dulces
 
Pimientos Morrones
 
Berenjenas
 
Cuando logramos recoger la cosecha, entonces sabemos cuán maravillosa es nuestra Madre Naturaleza, cuánto nos da día a día. Cuántas veces nos olvidamos que los frutos que ingerimos no vienen del supermercado, si no de la tierra, nuestra Madre Tierra.

Y con esta nueva aventura, la de tener mi primer huerto, refuerzo aún más ese amor por la tierra, ese agradecimiento eterno hacia ella, esa bendición maravillosa de disfrutar del campo, de nuestra finca, de nuestros frutos.

Hasta la próxima!